Rock en Baradero 2018: Crónica de un festival diverso

Adquirido como un hábito de los últimos años; la zona del puerto de Baradero sirvió como el primer paso de acceso al evento. Con el Punto de encuentro sonando a modo de bienvenida, y conservando la energía que supo darle durante todo el mes de Enero; con visitas cada vez más importantes como la presencia de Cirse en el primer día de jornada.



Caminar por San Martín y atravesar los puestos de control de cacheo y puerta con molinete al resguardo de la sombra de los árboles, en un fin de semana que marcó altas temperaturas durante los tres días de evento. Es así como se llegaba a una antesala de patio de comidas y puestos de remeras, baños químicos y cartelería que daba la bienvenida a los recién llegado que ingresaban al predio, en donde la primera imagen con la que uno se encontraba, era la imponente figura del escenario Isenbeck y el nuevo escenario Spotify sobre el margen izquierdo del anfiteatro; como elemento estelar para este año.



La apertura del día Viernes, fecha cargada con el rock más duro, y que tuvo un poco demorada por cuestiones de organización; vino de la mano de los locales Sebastián Pacinni y Barro; y las actuaciones de Nokreo experimento, y Patagonia Revelde que regresaba a Baradero.

Le siguió el rock Indie de Viva Elástica a las 17:30, con un buen porcentaje de público en el campo; que recibió la muy destacada actuación de Roma, la banda de Sergio Munich, ex Infierno 18, que también regresaba al festival.

“Todo aparenta normal” hizo uso del escenario Spotify por primera vez en la ciudad; junto a Helker y la actuación del trio Virtual frizz. También El buen Salvaje, quién destaco ante su poderío de su guitarrista con cierto aire a Slash, y por contar con la presencia en el escenario de Luciana Segovia (Cirse), rindiéndole homenaje a Sumo.

Oriundos del barrio de Boedo, subieron al escenario Bestia Bebé, también con sonido Indie; y llegadas las 20hs, Pez, la banda de culto con Ariel Minimal en la cabeza, sonó en el escenario Isenbeck, como el primer gran número de la noche.

Huevo, integrada por el Julian Baglietto, marcó su fuerte presencia en el escenario, demostrando su lugar en la nueva generación del rock nacional; después de haber participado en festivales como el Lollapalooza 2017 y de tener excelente recepción de su disco debut, Las mil y un diabluras.

A las 21:15hs llegó el turno de Massacre en el escenario principal. “Está todo bien? ¿está todo mal? O “es muy temprano?” “decía Wallas desde el escenario, con un excelente show que llegaba por primera vez en Baradero. 

La potencia de Eruca Sativa que es virtud de unos pocos; con Lula Bertoldi dando cátedra sobre cómo se debe rockear, y dando prioridad completa al último disco de estudio del trio. Attaque 77 volvió a Baradero con su formato en cuarteto, y su setlist completamente lleno de los históricos hits de la banda. Un agradecido Mariano Martínez decía “Felices de estar en este festival lleno de amigos.

Ahora se viene Carajo, no? No quería perdérmelos”, dando paso al siguiente powertrio de la noche en el escenario Spotify. Corbata, Tery y Andy sonaron con excelencia en el escenario Spotify, siendo una de las de las pocas bandas Argentinas que está al nivel de cualquier artista internacional.

La noche la cerró la propuesta solista de Ricardo Iorio, inmerso en diferentes polémicas en los últimos meses, y con notorias lesiones físicas; repasó su carrera con figuras como Joana Gieco y Walter Martínez en el escena para poner un punto final, cercano a las 3hs de la madrugada.  

Para la segunda fecha del sábado, la grilla presentaba un día aún más diverso. Tamboor con la presencia de Emmanuel Saez, el segundo músico del Indio Solar que llegaba a Baradero. El electro funk Bandalos chinos; el rock y reggae de Rivales y la banda en ascenso Perras on the Beach.

Louta, el proyecto de Diqui James, el hijo del creador de Fuerza Bruto, subió al Isenbeck con la propuesta más original del festival, con grandes momentos artísticos escénicos llevados al punto de armar un living en medio del escenario. Entre una burbuja gigante y una lluvia de papelitos, se finalizó su show con todos los aplausos en alto de los espectadores.

Usted señálemelo con su sonido alternativo entre el pop y el rock electrónico, un vocalista que seguía sumando excentricidad al Día 2. El Plan de la mariposa, otra de las bandas con un gran 2017, salió a escena a las 18:30hs, junto al show de Lo Pibitos con Julián Kartún de El Kuelgue como invitado. Fue entonces cuando llegó el turno de Boom Boom Kid, uno de los artistas de culto de la escena nacional que nació después de la separación de Fun People.



A las 20hs subió al escenario Miss Bolivia. Con un anfiteatro repleto superó las expectativas con un actuación que hizo vibrar al público, y con el momento más emotivo de la jornada por el mensaje de Ni una menos que inundó de aplausos ambos escenarios.

La actuación de Coti le devolvía el rock and roll de canción al festival, y preparó la llegada de El Kuelgue, una de las bandas más esperadas y con más crecimiento luego de haber sido teloneros de Paul McCartney en el 2017. En la misma sintonía volvió Cruzando el charco, la banda de la plata con ritmos rioplatenses y con una gran respuesta entre la gente.

Fue entonces, cuando Joaquín Levinton puso un pie en escena, pasadas las 22hs, Turf movilizó a todo el mundo con todos los hits de su carrera, como “No se llama amor”, “Loco un poco” y “No me quiero casar”. Otra revolución fue la presencia de Los Caligaris, directos desde Córdoba y con su momento de revancha, después de que lloviera en su actuación del año pasado.

Nonpalidece llegó y con su mensaje espiritual, puso a todos en trance. Siendo de las actuaciones más destacadas del festival como es costumbre cada vez que llegan a la ciudad.

Aunque en el reloj, el horario marcaba el inicio de una banda posterior, el retraso de media hora que llevaba el orden de la grilla, no generó ningún problema para recibir a Cielo Razzo; los rosarinos que están cumpliendo veinticinco años de historia y que están próximos a presentarse en Abril en el Luna Park para festejarlo con todo.

En un día que albergó desde pop-rock alternativo; punk psicodélico; rock and roll, y hip hop; Kapanga levantaba el pogo con su fusión de rock y cuarteto que tanto respetos levanta entre el público del heavy metal. 

Finalmente, la 25, el número más esperado de la noche, generó un mar de banderas al tiempo que arrancaba su show a las 2 de la mañana y que duró hasta pasadas las 3.



Finalmente, para el día 3, se planeó un Domingo con una fuerte presencia de “rock barrial”.

Mezcal Roots, la banda Baraderense de rock y reggae, abrieron a las 15hs mientras ingresaban los primeros visitantes al anfiteatro. Desde la ciudad de La Plata, llegaron las actuaciones de Caracola contramano también con su propuesta de rock, reggae y ska; y Peces Raros con una puesta en escena más enfocada al pop electrónico.

La primera gran figura del día llegó a 16:15 con La Mono, el excelente power trio de Gaspar Benegas, actual guitarrista del Indio Solari, y  el regreso a Baradero de La Movida Rock & Roots llena de ritmo. El hardrock clásico de Coverhead, quienes desde hace tiempo dejaron atrás su repertorio de covers para afianzar su propio repertorio.

Jeites y su “música positiva”   en el escenario Spotify, cerró la antesala para la llegada de los números más consolidados de la grilla.

A las 18hs subieron al escenario Los Tipitos, siendo uno de los números más importantes del día, presentando entre sus temas más conocidos, el cover “Mujer amante”, parte de su disco homenaje a nuestro rock y que lleva por nombre “Rock Nacional”. Actuación que además generó mucha felicidad sobre el final, por tener al Mono de Kapanga como invitado sorpresa en “Campanas en la noche”.

El calor no impidió a los fans de Pampa Yakuza, disfrutar de un show en el que se prometía por boca de Hernan Saravia, muchas novedades para el 2018. Y Piti Fernandez, la primera gran presentación del rock de barrio, llegó con una propuesta solista con la que viene recorriendo escenarios en paralelo a Las Pastillas del abuelo, y quién destacó con una gran versión de “Ayer nomás” de Moris.

Zona Ganjah se llevó todos los aplausos al atardecer, con una propuesta reggae con algunas reminiscencias del hip hop. Y finalmente la recta final del Rock en Baradero  estuvo a cargo de Sueño de pescado, desde La Plata, que aunque cuenta con pocos años de existencia, es de una de las bandas con mayor crecimiento de este 2017. Lo mismo para Nagual, quienes ganaron renombre por telonear a La Renga en Tandil de 2011;en una muy destacada actuación que no tuvo que envidiarle nada a la presentación de Alejandro Kurz con El Bordo; posicionados como una banda de primera línea y que actualmente se encuentran muy activos desde lo discográfico.

De la gran piñata comparte el mismo ascenso que Sueño de pescado. Siendo destacada su presentación en el REB 2017; volvieron a representar la fuerza del Conurbano bonaerense, después de un buen año, donde compartieron escenario con Los Caballeros de la Quema.



El broche de oro fue para Facundo soto y todo su carisma escénico junto a sus compañeros de Guasones; que dieron la última y necesaria dosis de rock and roll, para despedir con la mayor de las alegrías a un festival que recibió muchas críticas desde en un primer momento por la conformación de su grilla, pero que demostró que tienen en claro cómo se trabaja y debe hacerse un festival; apostando no solo a la espectacularidad técnica de ampliar sus escenarios, sino en garantizar la diversidad de sus lenguajes musicales, en una época clave en donde se ve, cada vez más, que la siguiente generación de artistas son una garantía.